viernes, 11 de febrero de 2011

La traición a Chavo Neme

En los pocos meses del nemismo, Miguel Cantón ya era un poderoso empresario del periodismo. Los tabasqueños estupefactos vieron la construcción de un edificio en pleno corazón de la zona urbana más costosa de Villahermosa: Tabasco 2000. En un área de al menos una hectárea que le compró a Jorge Adalberto Pérez Saldaña y Melba Saldaña de Pérez, comenzó a construirse el edificio del Tabasco Hoy.
Talleres, maquinaria con tecnologías de punta, oficinas, salas de redacción, diseño y juntas, auditorio, vestíbulo y estacionamiento, todas dotadas de sofisticado equipo y mobiliario, enmarcadas con paredes de mármoles azules. En uno de los accesos colocó una gigantesca pecera llena de pececillos multicolores que nadaban en un hermoso arrecife coralino.
Hoy esa pecera contiene puros pejelagartos, que mandó plantar para recibir la visita de Andrés Manuel López Obrador (2006). En su edición 792 del 13 de enero de 1992, el semanario Proceso, publicó que el gobierno de Chavo Neme, pagó un promedio de de 36 millones de nuevos pesos mensuales a las revistas Quehacer Político, Huellas, Rotativo y Cómo, de La Hermandad Cantón Zetina. Aparte, Miguel Cantón Zetina facturó, tan sólo el 5 de marzo de 1991, la friolera de 75 millones de nuevos pesos, por la increíble cantidad de 21 inserciones en una semana.
La revista también hace referencia a que el periodista tabasqueño José Luis Cortés Moreno, director del Semanario Vanguardia, acusó que la Dirección de Comunicación Social del Gobierno del Estado, a cargo de Jorge Alberto Javier Quero, se había convertido en un enorme “lavadero de dinero”.
Fustigó además, que el gobernador Neme temiera tanto a los hermanos Cantón Zetina, pues desde el inicio de su gobierno había nombrado a Óscar, el político del clan, representante del Gobierno de Tabasco en el Distrito Federal.
En suma, el gobernador Salvador José Neme Castillo, destinó durante sus tres años de gobierno, alrededor de 200 mil millones de nuevos pesos para “chayote” de los medios de comunicación, de esos, se calcula que unos 50 mil millones fueron a parar a los bolsillos de los Cantón Zetina. Su antiguo reportero, el extinto Isidoro Pedrero Totosaus, bautizó el fenómeno como la Cantoncracia.
Aunque por supuesto desmintieron la información de Proceso y Novedades, a los que demandaron por calumnias, no así al director del Semanario Vanguardia, José Luis Cortés Moreno, que exhibió documentos de los embutes que cobraban y que reprodujo varios días el diario opositor La Verdad del Sureste. Se conformaron con la idea de que en Tabasco no eran la única familia que se había beneficiado con los “chayotes”:
Los Rodríguez Castro, los Macario Rodríguez, los Zetina Montiel, los Chablé Ruiz, los Sibilla Oropeza, y los Ulín Cruz, por citar algunos, además que la mayoría de los  periodistas y editores estaban embarrados de espinas en las manos.

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