lunes, 7 de febrero de 2011

Estómago y bolsillos vacíos

Pese a las intensas lluvias que habían caído sobre la capital tabasqueña, ese mediodía de octubre de 1987, el sol brillaba intensamente y el calor húmedo del trópico alcanzaba los 40 grados a la sombra. El olor de la fritanga de morcillas alcanzó a Miguel El Chino Cantón, desencadenando un torrente de jugos gástricos que le produjo dolor en el estómago vacío. Para calmarse apuró un vaso de cerveza y se frotó el vientre. Al verlo, su compadre Ysidro Morales Montejo El Cheto, corrió con la botella tamaño caguama para rellenarle el vaso de cebada y lúpulo fermentado, y luego invitó, levantando el frasco, a Nora Martínez de Escobar de Cantón, que se había quedado en la desolada mesa del comedor echándole ojo a las tripas de cerdo rellenas que tronaban en el aceite hirviente junto con los jitomates, cebollas, cebollines y chile habanero.
--Está difícil la situación económica, compadre, murmuró Miguel Cantón.
Y como buscando excusarse por la falta de recursos económicos abundó:
--Mi cuñado Tito La Cotorra, me hizo el favor de prestarme el local donde tenemos el periódico Tabasco Hoy, que inauguramos el día de su cumpleaños el 22 de septiembre de 1987, y tú compadre, pues me has demostrado amistad quitándonos el hambre en lo posible, serás recompensado, pregúntale a tu comadre Nora y que te diga que yo sí cumplo. Las cosas van a cambiar, ya hablé con Ignacio Nacho Cobo, director general de Comunicación Social del Gobierno del Estado y he tenido algunos acercamientos con el gobernador sustituto José María Peralta López, y ya me dijo que sí me va echar la mano, el problema es que parece que lo tienen maniatado Humberto Mayans Canabal, secretario de Gobierno, el propio Nacho Cobo y el llamado Grupo Conasupo que encabeza Gustavo Rosario Torres, pero buscaré la forma de llegarle, porque te diré, todos tenemos debilidades y ese es el flanco del ataque. Jaló aire, mientras su esposa le preparaba otro taco y su compadre le colmaba el vaso con la cerveza fría. El rostro se le llenó de sudor pero se sentía inspirado, de modo que continúo con su discurso:
–Para el próximo sexenio está amarrado mi amigo Roberto Madrazo Pintado, no tiene competencia, Chavo Neme, líder del Senado, aparte de que es un político chambón que nadie quiere, lo va a vetar González Pedrero; y el diputado Nicolás Reynés Berezaluce Chipilín, líder del Congreso, no tiene amarre ni con el candidato Carlos Salinas de Gortari, ni con Luis Donaldo Colosio Murrieta, que se perfila como el dirigente nacional del PRI, es gente del presidente Miguel de la Madrid y ya se les agotó su tiempo. El sopor era agobiante, la intensidad del sol había secado el lodillo arenoso que había en el patio de la pequeña casa ubicada en el suburbio Los Palomares de Villahermosa, produciendo un polvo pegajoso que se adhería en los bajos del pantalón y los zapatos. Los hijos del compadre entraron a su casa, tiraron la mochila escolar, escudriñaron en la pequeña recámara y advirtieron que su madre aún no había llegado del trabajo, el ahijado sólo se acercó hacia ellos para decirles buenas tardes y con las mismas salió a la calle lastimada de vados y baches que hacían imposible el tránsito vehicular en la temporada de lluvias fuertes.
Para entonces, Miguel Cantón había tragado cuatro tacos de sangre de cerdo frita y tres botellas grandes de cerveza. Satisfecho el estómago, iba y venía del baño con la frente sudorosa y nariceando con fuerza haciendo vibrar los alerones de sus fosas nasales.
--El polvo me hace daño, dijo, mientras su compadre esbozaba una sonrisilla cómplice.
Al poco cumplió su compromiso, nombró a El Cheto, director del diario La Extra, un vespertino creado para cobrar dobles embutes y copar el mercado de la información, pero se dio cuenta de su compadre no tenía talento periodístico y padecía el mismo problema que él: no sabía escribir. El Cheto fue cercado poco a poco por los periodistas Isidoro Pedrero Totosaus y Erwin Macario Rodríguez, entre otros, que se encargaban de reportajes, columnas y editoriales, tanto del Tabasco Hoy, como de La Extra. Auténticos periodistas, eran demasiado peligrosos para Miguel Cantón tenerlos incrustados en su empresa, de modo que buscó la forma de poner en la calle al compadre que le había quitado el hambre. Años pasó El Cheto buscando empleo sin éxito, su esposa ante la amenaza de perder la casa hipotecada, se fue a los Estados Unidos para enviar remesas. Circula en el medio una anécdota, que se le vio por algún tiempo, junto con otro periodista, Carlos Ramos Flores, caído también en la desgracia, tratando de engatusar políticos con el cuento de que habían descubierto fósiles de dinosaurios, andaban con una maleta negra en la que llevaban, al parecer, unos trozos de madera podrida pintada con yeso y color plomo y ocre. Fueron burla de periodistas y políticos.
Luego de una década, fue admitido nuevamente por su compadre El Chino, que lo nombró director del pasquín El Criollo, un diario inescrupuloso, sensacionalista y morboso, que vende exclusivamente fotografías escandalosas de desnudos pornográficos y nota roja. El Criollo, tiene como antecedente al diario La Neta, otro pasquín que dejó de circular en su tercer número, pues su única pretensión fue la de dar pie a una campaña contra el diario El Sol de Tabasco, que difunde el morbo a través de las notas rojas y que su éxito en el mercado desplomó sus ventas, pero no le resultó.

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