miércoles, 26 de enero de 2011

Ego y búsqueda de prestigio social

La mayoría de los miembros de esta mafia se ha manejado con extrema discreción, no así el Chino Miguel Cantón, ya que su ego lo imposibilita para controlar su irrefrenable ambición de riquezas, poder y ostentación, conducta que lo pone en evidencia. Quiere a toda costa tener prestigio social y ascender a la escala del jet-set, pero sus orígenes y sus nexos con personajes ligados al narco dan al traste con sus aspiraciones.
Ejemplo de su comportamiento es la relación que tuvo con el ex gobernador de  Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, El Chueco, a quien hizo su compadre y le dedicó extensas páginas del diario Tabasco Hoy, con motivo de las constantes visitas que el ahora reo le hizo. En una de sus últimas visitas, realizada en octubre de 1998, Cantón publicó una imagen de ambos, él chorreando el orgullo, en cuyo pie de foto mandó a poner: “MARIO VILLANUEVA y Miguel Cantón Zetina, dos jóvenes impulsores de la política y el periodismo, respectivamente”.


Como no da golpe sin huarache, vio en esta relación la oportunidad única de hacer negocios en la zona turística caribeña, la Riviera Maya. De hecho convenció a Villanueva a invertir en el periodiquillo: Que todo Quintana Roo lo sepa, un título extravagante para dar a conocer la obra de gobierno, donde ganó jugosos embutes.
Con Villanueva comenzó a relacionarse con los grandes capos del narcotráfico internacional, en el hotel Casa Maya de Cancún, conoció a Alcides Ramón Magaña, El Metro, cabeza en Tabasco del cártel de Juárez del extinto Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos, a quien Villanueva daba protección para el trasiego de la droga a los Estados Unidos, como se ha comprobado en los expedientes penales que mantienen a ambos personajes en la cárcel.


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